¡Con vosotros está!
Señor, Dios nuestro, nos aferramos a ti y a tu promesa. Aunque mucho esté oculto para nosotros, tu voz nos llega con claridad proclamando: “Oren y estén alertas. Ustedes deben aguardar por el día del Señor Jesucristo, el cual desde hoy mismo pueden regocijarse entre conflicto, angustia, miedo y necesidad”. Te damos gracias por tu Palabra poderosa. Porque aun sea larga la espera, tu Palabra se cumplirá y es eterna. Al proclamar tu Palabra se honra tu nombre, tu reino vendrá y tu voluntad se hará en la tierra así como en el cielo. Amén.