Jesús sana a una mujer en el día de reposo.
Señor Jesucristo, Salvador nuestro, permanece a nuestro lado y protégenos cada día en la tierra. Danos entendimiento del honor perteneciente a Dios. Ayúdanos a ver que tú eres enviado para que un día cielo y tierra se humillen ante la voluntad suprema de Dios. Asístenos al escuchar, entender y aceptar tu Palabra. Permanece con nosotros toda la vida, muy especialmente en el sufrimiento y a la hora de nuestra muerte. Que tu gracia esté con nosotros. Ayúdanos a estar siempre arraigados con firmeza a la voluntad de nuestro Dios y Padre celestial. Amén.