Señor, enséñame a procurar a mis amigos, a darme tiempo para ellos, a escucharlos, a animarlos e incluso, exhortarlos cuando sea necesario, bendícelos y, gracias por dejarme contar con ellos. Señor Jesús, tú eres mi más grande y fiel amigo, siempre estás cuando te necesito, suples mis necesidades, me animas, me diriges; gracias por esa dulce amistad que inmerecidamente me regalas, por eso te pido que tu Espíritu Santo me llene de tu gracia y me enseñe a ser amigo tuyo, a escucharte, atender tus deseos, esforzarme y dar lo mejor de mí para complacerte