Dar la vida por sus ovejas.

Vivir el evangelio.

Señor, que nunca permanezca indiferente al dolor de mis hermanos y al sufrimiento de mi prójimo, sino que esté siempre dispuesto a llevar consuelo, esperanza, alegría y paz, tal como debe hacerlo un discípulo de Jesús, tu Hijo amado.

Evangelio

Juan 10, 11-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

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Reflexión

En el pasaje de hoy, Jesús nos dice que él conoce a sus ovejas y que sus ovejas lo conocen a él. Me pregunto, ¿es que realmente conozco a Jesús? ¿Qué es en realidad lo que conozco de él? La triste realidad de muchos de nuestros hermanos es que no conocen a Jesús porque no leen la Sagrada Escritura. Por eso decía san Jerónimo, que desconocer la Escritura es desconocer a Jesús. Este conocimiento nos va llevando de la mano hasta llegar a tener la experiencia profunda e interior de Jesús, el conocimiento íntimo, que nos lleva a conocer y a gustar interiormente, como decía san Ignacio de Loyola, el amor de Dios. Si todavía la lectura del Evangelio no es un hábito en tu vida, dedica algo de tu valioso tiempo a encontrarte con Jesús por medio del estudio de la Biblia que te lleve a conocerlo más profundamente. Conoce a Jesús y verás, como dice el salmo: “Qué bueno es el Señor.”.

Cuando el dolor, el sufrimiento y la angustia debilitan el ánimo del hombre, Dios se hace presente para brindar consuelo, paz, esperanza y alegría y, desde la venida de Jesús, dicha responsabilidad recae en el cristiano, quien debe ser un hombre que siembre la paz, la justicia, la rectitud, la solidaridad y el amor.

Actio

Visitaré a ese pariente que sé que tiene alguna necesidad concreta que yo puedo resolver o aligerar.

ORACIÓN FINAL

Dios mío voy a hacer todas mis acciones por vuestro santo y divino amor. En el Nombre del Padre, y Del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

UEMBB
REFLEXIÓN DEL DÍA UEMBB.

ORACIÓN:

¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón.
y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Nosotros 

somos.