Cuidado con lo que enseñamos.
Señor, gracias por cada cosa buena que ocurre en mi vida, gracias por lo agradable y placentero, lo que me da paz y me hace feliz; pero también, gracias por aquellas cosas que me preocupan, por las que me hacen llorar y que sacan una parte de mí que muchas veces no me gustan, pues sé muy bien que tú utilizas todo para bien de los que te amamos.
Te pido que me enseñes la gratitud para con los que me rodean y que siempre sea cordial en mi trato para con los que de algún modo me sirven.




