Advertencia

Cristo Jesús es el Señor. Aleluya!

Jesús mío, te presento todo lo que tengo y lo que soy, mi manera de pensar, de actuar, mis juicios personales sobre las cosas que ocurren en el día a día, y te pido que intercambies todo eso por los valores que me propones, es decir, llévate lo que he adquirido en el paso de mi vida y deja solo lo que tú mismo pusiste. Además, nútreme con tu Espíritu para ser cada vez más como tú.

Primera Lectura

Filipenses 2, 1-4

Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma.

Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio interés, sino el del prójimo.

Reflexión

¿Podrías imaginar un mundo en el que se pensara así como hoy san Pablo nos lo dice? Sería realmente maravilloso. Se acabarían los pleitos, egoísmos, rencillas, rivalidades. Qué hermoso sería realmente si nosotros, los cristianos, consideráramos a los demás como superiores; si el espíritu de humildad se apoderara de nosotros.

Las relaciones en la familia se transformarían y, sobre todo, habría una gran alegría y una gran paz en los corazones de todos. En los trabajos, el progreso estaría basado en nuestra labor hecha por amor y no por otras motivaciones, las cuales, no siempre son muy lícitas. Nuestros ascensos y promociones quedarían en nuestro corazón y sabríamos que, si bien proceden del buen uso de nuestros carismas, no se habría logrado nada si nuestro Señor Jesucristo no hubiera participado.

Cuando nosotros tomamos esta postura propuesta por san Pablo, lo que estamos haciendo no es otra cosa que dejar que el Espíritu Santo pueda actuar en nosotros. Esto sucede ya que, al vaciarnos nosotros mismos, dejamos que el Espíritu nos llene y pueda dirigir nuestra vida. Vacíate de ti mismo para que Dios pueda llenarlo todo.

Actio

Hoy nada haré por rivalidad ni presunción, haré todo por humildad; consideraré a los demás como superiores a mí mismo y no buscaré mi propio interés, sino el de mi prójimo.

Oración Final

Dios mío voy a hacer todas mis acciones por vuestro santo y divino amor. En el Nombre del Padre, y Del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

UEMBB
REFLEXIÓN DEL DÍA UEMBB.

ORACIÓN:

¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón.
y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Nosotros 

somos.