Ue. Madre Bernarda Bütler

Institución Educativa dedicada a formar personas con PAZ y BIEN

Señor nuestro Dios, te damos gracias por darnos tu amor, por permitir que nos acerquemos a lo que es justo y bueno. Que tu Espíritu lo inunde todo, venciendo lo que es falso y ayudando a la gente en todas partes a comprender la verdadera naturaleza de tu justicia. Guárdanos en todos nuestros caminos. Protégenos cuando nuestros cuerpos y nuestra vida estén agotados por enfermedad o angustia de cualquier tipo. Concédenos tu ayuda conforme a tu verdad y justicia. Amén.

Amado Padre que estás en el cielo, concédenos la paz interior que necesitamos para venir ante tu presencia y escuchar tu voz, olvidando todas las cosas que tratan de imponerse sobre nosotros. Que podamos experimentar tu apoyo vivo y verdadero. Llena nuestros corazones de contentamiento y gratitud por todo, incluso en el dolor, la angustia y el sufrimiento. En este agradecimiento podemos permanecer contigo, y Jesucristo puede ayudarnos, Jesús, a quien nos has dado como nuestro apoyo y auxilio en todos nuestros problemas y preocupaciones. Nos encomendamos a ti. Guárdanos en tu Espíritu. Amén.

Amado Padre que estás en el cielo, nos regocijamos en que seas nuestro Padre. Nos regocijamos porque gobiernas y guías a cada uno de nosotros de modo que nuestro camino de vida nos lleve a lo que es bueno y genuino, para no atascarnos con cualquier preocupación. Guíanos, renuévanos, y libéranos una y otra vez para seguir adelante, encontrando nuevo valor y alegría para nosotros y nuestro prójimo. Entonces podremos adorarte, y tu fortaleza y poder se nos podrán revelar, tu cielo descenderá a la tierra y se cumplirá tu voluntad. Tu ayuda llegará a los pobres, débiles, humildes, enfermos y los que sufren aquí en el mundo. ¡Que tu nombre sea alabado! Nos regocijamos en tu nombre. Amén.

Amado Padre que estás en el cielo, te damos gracias que eres nuestro Padre y te tenemos con nosotros. Te agradecemos por saber que eres tú quien nos está guiando con tu diestra. Danos tu Espíritu de entendimiento, para que siempre podamos percibir tu fuerte y poderosa presencia que nos guía en todos nuestros caminos. Ayúdanos en las áreas donde fallamos. Ayúdanos, porque somos débiles y a menudo estamos en situaciones donde no podemos ayudarnos a nosotros mismos. Pero tú eres fuerte, tú das luz a nuestros corazones. Por medio del Salvador, Jesucristo, podemos dirigir nuestras vidas con alegría, júbilo y paciencia, hacia el gran destino preparado para nosotros tus hijos y para el mundo entero. Amén.

Señor Dios, te agradecemos que al mirar el pasado, a través de las edades, vemos que tus siervos elevaron su voz para dar testimonio de que eres nuestro Padre y que conduces a las naciones a su destino verdadero. Y aunque tome largo tiempo, te damos gracias por permitirnos ser parte de este testimonio. Te agradecemos por tanto amor y bondad, que todavía alumbran en nuestro tiempo como una luz para las naciones. Vela por nosotros. Que tu Espíritu crezca más y más fuerte dentro de nosotros. Trae la redención proclamada por tus siervos, y haz que tu luz alumbre sobre todo el mundo para honra de tu nombre. Amén.