“Id por todo el mundo,…a toda la creación”

Señor nuestro Dios, te damos gracias por darnos tu amor, por permitir que nos acerquemos a lo que es justo y bueno. Que tu Espíritu lo inunde todo, venciendo lo que es falso y ayudando a la gente en todas partes a comprender la verdadera naturaleza de tu justicia. Guárdanos en todos nuestros caminos. Protégenos cuando nuestros cuerpos y nuestra vida estén agotados por enfermedad o angustia de cualquier tipo. Concédenos tu ayuda conforme a tu verdad y justicia. Amén.

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Id  por todo el mundo,…a  toda la creación

Jesús lo dijo a los discípulos de ayer y nos lo dice a nosotros hoy: ¡vayan!, ¡vayan! Y ellos pueden salir, (lo hemos constatado en la 1ª lectura con Pablo) porque ya han experimentado la gracia y la alegría  del evangelio, como nos repite el Papa Francisco que afirma que la Buena Noticia de Jesús: “se experimenta, se conoce y se vive solamente dándola, dándose”.

Para nosotros es fácil examinarnos sobre el envío que Mc al final de su evangelio nos deja. Lo difícil es aprobar este examen, pero será posible si dejamos que la gracia de Dios actúe. “ Yofui alcanzado por Cristo Jesús". ¡Qué mejor oración que ésta de Pablo.

Al proseguir la lectura de Mc vemos que Jesús enumera y expresa ya lo que debemos llevar, no carguemos de cosas inútiles el hatillo de nuestro corazón:

-. Id y  anuncien la Buena Noticia a todas las gentes.

-. Id y al  que crea, bautícenle.

-. Id  y en mi nombre expulsen el mal.

-. Id y utilicen un nuevo lenguaje.

-. Id y sanen a los enfermos ungiéndolos en mi nombre.

Podríamos seguir enumerando hacia quienes sigue enviándonos hoy Jesús. Cada uno puede hacer su lista.

Recordando que Él los envió a todas las gentes. Y en ese “todos” de hace más de dos mil años estábamos también nosotros. Jesús nos señala también a no seleccionar quién es digno y quién no  de recibir su mensaje y su presencia. Él, abrazó siempre la vida tal cual se le presentaba. Llegaran con un rostro o con otro. Nunca preguntó por el cumplimiento de la Ley de Dios para actuar, simplemente actuó según la necesidad de toda persona que se acercaba a Él.

Nuestro mundo sigue teniendo muchísimas  necesidades y muchas veces aún sin saberlo siguen esperando un Salvador. Nosotros hemos tenido la gracia de ser encontrados por Él, de haber respondido con generosidad a su llamada, a veces con temor y temblor le hemos preguntado como Pablo. “¿Señor, qué quieres que haga?” Démonos tiempo y silencio para escucharle, porque a pesar de nuestras limitaciones y pecado, sigue contando con cada uno de nosotros. Amén

Hna. Virgilia León Garrido O.P.

Hna. Virgilia León Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo