Santa Teresa

Jesús lo oyó y les dijo: —Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios.” Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Mt 9, 12-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley: “¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro. Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se le pedirán cuentas. ¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso’’. Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras. Lucas 11, 47-54

Hoy celebramos la fiesta de Santa Teresa de Ávila (1515-1582). Ella nació en 1515. Para situar esto en un contexto histórico, tenemos que recordar que Cristóbal descubrió América sólo unos 20 años antes; y dos años después de su nacimiento Lutero inició la reforma protestante; murió casi 20 años después de la clausura del Concilio de Trento. En medio de estos cambios culturales nació Santa Teresa...

En un mundo de hombres, ella era muy "mujer", entrando en las Carmelitas a pesar de la fuerte oposición de su padre. Como Jesús, era un misterio de paradojas: sabia, pero muy práctica; inteligente, pero muy en sintonía con el mundo que la rodeaba; una mística, pero una enérgica reformadora; una mujer piadosa, pero extrovertida y valiente. Sus escritos, especialmente El Camino de la Perfección y El Castillo Interior, han ayudado a generaciones de creyentes. En 1970, la Iglesia le dio el título que durante mucho tiempo había mantenido en la mente popular: Doctor de la Iglesia.

Una de las principales cosas que enseñó a sus monjas fue a pensar y rezar por sí mismas, y a concentrarse para escuchar al Señor en su interior, en lo que ella llamó el "Castillo Interior". Compartía con ellas que el alma es como un diamante en forma de castillo que contiene siete mansiones, que reflejan el viaje de la fe, a través de siete etapas, terminando con la unión con Dios... Comparto con ustedes una simple fotografía de su celda... sin arte, sin pinturas, sin objetos...

Santa Teresa reza por nosotros.

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC