Dios no nos olvida

Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes, por la gracia que Dios ha derramado sobre ustedes por medio de Cristo Jesús. Pues por medio de él Dios les ha dado toda riqueza espiritual, así de palabra como de conocimiento. 1 Cor 1, 4-5

En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas. Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo. ¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos’’. Lucas 12, 1-7

Mientras que la lectura del Evangelio de hoy es un tanto aleccionadora y vuelve a abordar la hipocresía que Jesús condena tan duramente, también hay una gran belleza en ella. Jesús nos está diciendo a cada uno de nosotros cuán profundamente significativos e importantes somos para Dios. Si cada pequeño gorrión es importante a los ojos de Dios, entonces somos ciertamente importantes y significativos para Él.

Dios no nos necesita. No necesita nada ni a nadie. Dios es completamente autosuficiente y no necesita ningún ser creado. Pero ahí reside el valor más profundo de su amor por nosotros: nos creó por amor puro, no por necesidad. Eso no significa que haya creado a los hombres y mujeres porque se sentía solo allá arriba en el Cielo y quería algo de compañía. No, en absoluto. Pero, lo necesitamos, y dependemos de Él. ¿Y cómo sabemos en última instancia que Él nos ama en primer lugar? Porque envió a su Hijo, que dio su vida por nosotros... Esa es la esencia de nuestra fe capturada en la lectura de hoy.

No sabemos por qué Dios nos creó a cada uno de nosotros. Todo lo que sabemos es que somos cada uno de los hilos entrelazados en un tapiz que Dios ha creado. Por lo tanto, el objeto de hoy es un tapiz flamenco del siglo XVI, con gorriones, pájaros, animales, flores, todos y cada uno de los hilos importantes para crear la imagen global...

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC