Vengan a mí... todos!
Tú, Señor, eres quien me da vigor cuando estoy fatigado y cuando no tengo fuerzas, energía. Aunque hasta los jóvenes se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y caen; yo que he puesto mi esperanza en Ti, Señor, mis fuerzas se renuevan; me nacen alas como de águila, corro y no me canso, camino y no me fatigo. Gracias, Señor, porque Tú eres quien me sostiene.




