Júbilo en el Espíritu Santo.

Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven.

Padre bueno, dame de ese Espíritu que hiciste reposar en Jesús, ese Dador de los siete dones. Dame sabiduría para saborear cada situación en mi vida, intelegencia para entenderme y entender a mis hermanos, consejo para llevarte a la vida de mis hermanos, fortaleza para permanecer firme en la tribulación, ciencia para penetrar en tus misterios insondables, piedad para que a cada instante crezca en mí el deseo de estar en intimidad contigo y un santo temor de ofenderte que me lleve a huir de las ocasiones de pecado; dame tu Espíritu de vida para configurarme con tu Hijo Jesús, mi Señor.

Evangelio

Lucas 10, 21-24

En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".

Reflexión

Estas palabras de Jesús nos las podemos aplicar todos los cristianos, ya que nuestros ojos ven y nuestros oídos pueden oír la realidad del Reino presente entre nosotros.

Dios nos ha revelado en su Hijo el gran amor que nos tiene, y es ahora el Hijo quien nos revela al Padre, y con él, somos capaces de experimentar el amor de Dios en nuestras vidas. Sin embargo, este conocimiento y esta vida de Dios en nosotros, la experiencia del Reino no es aún completa y definitiva, pues todavía puede y debe crecer. Y lo hará en la medida que seamos como los niños, teniendo una mirada inocente y transparente para mirar al mundo.

¿Por qué debemos pensar siempre mal de los demás? Dejemos el juicio a Dios y veamos mejor las cosas buenas y positivas de los demás, que generalmente, son muchas más que las negativas.

Actio

Hoy me aprenderé los siete dones del Espíritu Santo y los pediré a lo largo del día.

Oración Final

Dios mío voy a hacer todas mis acciones por vuestro santo y divino amor. En el Nombre del Padre, y Del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

UEMBB
REFLEXIÓN DEL DÍA UEMBB.

ORACIÓN:

¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón.
y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Adviento

Adviento 

Ser luz del mundo

somos.