Aprender a mirar.
Señor Jesús, te doy gracias porque me has llamado a la vida y a la intimidad contigo; ayúdame a ser fiel a ti en todo momento y en cada circunstancia de mi vida, que no tema el dolor, las fatigas, los cansancios, los rechazos o la persecución por ser tu servidor sino que me gloríe y goce, como San Pablo, de padecer por amor a ti.