¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?

Señor nuestro Dios, oh Dios de justicia y rectitud, haz que resplandezca tu luz. Acompáñanos en nuestro camino. Ilumina por medio de tu Palabra y tu Espíritu nuestros ojos y corazones. Permanece siempre con nosotros a través de las luchas y tentaciones, iluminando nuestro camino hacia lo que es recto y bueno. Protégenos y bendícenos. Cambia nuestros corazones desde lo más profundo, para agradecerte por todo lo que has hecho por nosotros, para adorarte y glorificarte. Amén.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 31-35

En aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenia sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».

El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre

Jesús, encarcelado Juan el Bautista, comienza su itinerario por Galilea, anunciando que está cerca el Reino de Dios, e invitando a todos a la conversión. No le importa rodearse de publicanos y pecadores, pues no necesitan médico los sanos, sino los enfermos.

Esto rompe los esquemas de una sociedad en la que la mujer y los niños apenas contaban, y la que los que consideraban impuros eran apartados de la sociedad, entre ellos se encontraban los que colaboraban con los opresores cobrando impuestos, los que consideraban pecadores, los gentiles, etc.

Jesús no los rehúye, al contrario, los acoge y perdona y les infunde la fe en el Reino de justicia, paz y libertad, que anuncia.

Él no se dirige a los ricos y poderosos, se entrega a los pobres y humildes, que son explotados por los terratenientes, que con engaños abusan de todos.

Esta actitud hace que lo consideren un loco, un “iluminado”, y hasta su propia familia lo considera fuera de sí, pues ha roto con el esquema patriarcal de la familia judía, y anda por los caminos viviendo de caridad y acompañado por gente con escasa formación.

Jesús se encuentra rodeado de los que lo escuchan con agrado, la familia lo llama desde fuera y quieren llevárselo, y entonces les responde, señalando a los que le escuchan, como ampliando su círculo familiar, a los que asumen la Palabra de Dios y la cumplen.

Tuvo que superar grandes dificultades e incomprensiones, en principio, hasta de su familia, la cual, más adelante, asume cual es la misión encomendada por Dios a su hijo amado, y colaboran con Él

¿Realmente somos colaboradores de los apóstoles en el anuncio de la Buena Noticia?

¿Nos dejamos llevar por lo “políticamente correcto” en vez de asumir la realidad que nos rodea?

¿Pensamos que el anuncio del Reino de Dios es cosa de locos?

D. José Vicente Vila  Castellar, OP

D. José Vicente Vila Castellar, OP
Fraternidad Laical Dominicana Torrent (Valencia)