¡Sígueme!

Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo. – Jn 16, 33

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro le dijo: «Sígueme». El respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios». Lucas 9,57-62

Mientras Jesús recorría su camino a través de Israel, toda una compañía de gente lo seguía, no sólo los doce Apóstoles. De vez en cuando varias personas se acercaban a Jesús preguntando si podían seguirle. La respuesta de Jesús parece dura al principio. Nos dice que seguirlo significa soportar las dificultades y la abnegación que vienen en su camino. No podemos decirle: Cuando mi marido mejore, entonces te seguiré; o cuando mi hijo se gradúe, entonces seguiré a Jesús. Seguir a Jesús es el ahora. Hoy es el día. 

La acuarela en papel que estamos viendo hoy de William Hunt de un nido de pájaros es técnicamente una de las mejores acuarelas que hay. El color brillante y naturalista y la precisión ilusionista fueron en gran parte resultado del virtuosismo técnico innovador de Hunt, en particular su exploración de capas de diferentes pinturas, gomas, aguadas, todo sobre sí mismo, raspando áreas y luego agregando nuevas capas. Esto le valió al artista el apodo de Caza del Nido de Pájaro.  

Un pájaro en un nido puede ser seguro, pero no es por eso que Dios le dio alas...

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC