Vino nuevo. Odres nuevos.

Dios nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. – Tito 3, 5-7

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?” Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”. 

Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”. Lucas 5, 33-39

Nuestra lectura del Evangelio contiene no menos de tres parábolas cortas. Las parábolas de Jesús pueden ser difíciles de entender a veces y necesitan una tranquila contemplación para tratar de captar algo de la profundidad y el significado. Ahí reside la belleza de las parábolas de Jesús: tienen el poder de hablarnos de una manera muy diferente cada vez que las (re)leemos. Incluso los discípulos de entonces a menudo tenían problemas para entender lo que Jesús quería decir con sus parábolas.  

 Tenemos tres parábolas, tres imágenes, que hacen el mismo punto. La venida de Jesús fue un nuevo comienzo. No era romper con lo viejo, sino llevar la historia de Israel a un nuevo capítulo. Así que las parábolas se refieren a lo "viejo" (las ropas y odres viejos) son las enseñanzas del antiguo testamento, y cómo lo "nuevo" ha llegado ahora con Jesús: el novio, los odres nuevos, las ropas nuevas... las nuevas enseñanzas de Jesús.  

Nuestro trabajo artístico, de Tracey Emin, utiliza tejidos "viejos", cosidos en telas "nuevas". Sus obras de arte de retazos usan telas de colores. Los textiles raramente se usan en el arte hoy en día. Sin embargo, para mí, el textil es un medio interesante. Se encuentra en el borde de la división entre artesanía y arte. Como el patchwork se ve principalmente como una artesanía más que como arte, ha mantenido un aire de inocencia, que es único en este medio. Mientras que los patchworks de Emin pueden ser controversiales, a primera vista tienen ese aire de inocencia, accesibilidad y comodidad doméstica. A veces tratamos de "remendar" nuestras propias vidas espirituales con medio esfuerzo o arreglos rápidos, pero Jesús nos dice en la lectura de hoy que apuntemos a un cambio más profundo... siguiendo sus nuevas enseñanzas.

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC