Ser levadura en la masa.

«Con el reino de Dios pasa lo mismo que con la harina. Cuando una mujer pone en ella un poquito de levadura, ese poquito hace crecer toda la masa.» Mt. 13, 33

Señor, Dios nuestro,
gracias por estar entre nosotros como padre
y dejarnos ser tus hijos en la tierra.
Te damos gracias porque como tus hijos,
podemos encontrar la vida en espíritu y en verdad.
Permite que cada uno de nosotros
encuentre cómo se puede elevar nuestra vida
en la tierra por medio de tu Espíritu,
pues él nos puede dar lo que nosotros los humanos no poseemos,
tanto que nuestro trabajo diario,
toda nuestra lucha y sacrificio
por las cosas exteriores de la vida;
sean impregnadas de lo más alto y grande.
Tu Espíritu nos puede cuidar de caer en caminos vulgares y superficiales
y de perdernos en experiencias mundanas efímeras,
sin importar cuánto cautivan nuestra atención.
Gracias por todo lo que tú has hecho por tus hijos.
Continúa ayudándonos,
para servirte cada día con alegría y gratitud.
Amén.