Jesucristo me llama a mí personalmente, pero me llama junto con otros, no estoy solo. Nunca debo sentirme solo en la iglesia, nunca debo sentir que soy el único en mi misión. La evangelización no es una búsqueda en solitario. La clave para evangelizar siempre será un esfuerzo conjunto y comunitario. Ahí donde yo no puedo llegar, llega mi hermano. Ahí donde mi hermano no puede llegar estoy yo. Es un trabajo en equipo. Me toca hacer mi parte.