Señor nuestro Dios, esperamos en ti por nuestras muchas necesidades, en la aflicción de nuestro corazón, por la angustia de todo el mundo.
Suplicamos que tu luz llegue a tu pueblo en todas partes de la tierra, para llevarles tu ayuda y victoria. Acuérdate de los desdichados, los enfermos y los pobres. Que tu fuerza viviente llegue a ellos, para que puedan aguantar sus sufrimientos y mantenerse alegres hasta el final. Acuérdate de todos, oh Señor nuestro Dios, porque todos necesitamos de ti. Somos débiles y pobres, y no podemos continuar solos; tu Espíritu debe ayudarnos. Que venga el Salvador, y que su gracia y poder nazcan en nuestros corazones. Amén.
Mateo 11:25-30
Jesús exclamó: "Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los inteligentes y haberlas revelado a los simples niños. Sí, Padre, porque eso es lo que te ha gustado hacer. Todo me ha sido confiado por mi Padre; y nadie conoce al Hijo sino el Padre, como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiere revelarlo.
Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Sí, mi yugo es fácil y mi carga ligera".
"Sé lo que Dios quiso que fueras y harás arder el mundo".
- Santa Catalina de Siena
By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet