¿No es este el carpintero?

Amado Padre que estás en el cielo, venimos ante ti porque nos has recibido como tus hijos. Nuestros corazones anhelan llegar a ti, nuestro Dios y Salvador. Tu Palabra nos bendice y nos restaura. Danos corazones valientes para soportar las angustias de nuestro tiempo. Permite que surja una luz en nuestros días, para que la gente preste atención a tu voluntad. Entonces la necesidad del mundo llegará a su fin, tu nombre será honrado y se cumplirá tu voluntad. Señor Dios, solo tú eres nuestra ayuda. Ten misericordia de nosotros. Extiende tu mano de modo que todas las personas se vuelvan a ti y a tus mandamientos, y se haga tu voluntad en la tierra. Amén. 

Marcos 6:1-6

EN aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.

Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:

«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».

Y se escandalizaban a cuenta de él.

Les decía:

«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Reflexión sobre la pintura

"¿No es este el carpintero?" es el comentario hecho por la multitud que escucha a Jesús enseñando en la sinagoga. La multitud está usando estas palabras de una manera despectiva. No era un cumplido. Querían señalar que Jesús no tenía una formación teológica formal.

Personalmente siento que es maravilloso pensar que Dios, de todas las familias que pudo haber elegido, eligió una familia de carpinteros. El padre de Jesús era un carpintero, y también lo era Jesús. Dios es un constructor, un creador, un diseñador... y sabe cómo construir en nuestras vidas... aserrando, uniendo, taladrando, cincelando, esculpiendo, puliendo... Él sabe lo que quiere crear en nuestras vidas...

Nuestro cuadro de Georges de la Tour, de 1642, es un hermoso retrato de padre e hijo. José está enseñando a Jesús el arte de la carpintería. El dispositivo de perforación que José sostiene ya tiene forma de cruz. Una única y fuerte fuente de luz es el elemento central, rodeada de sombras y sostenida por el joven Jesús. Miren los dedos de la mano izquierda de Jesús. La luz de las velas que brilla a través de la carne de su mano es una referencia alegórica a Cristo como la Luz del Mundo, que celebramos ayer. Esta es una pintura tenebrista, donde los violentos contrastes de la oscuridad (con la oscuridad siendo el rasgo dominante de la imagen) y la luz crean una imagen dramática y teatral. Jesús está mirando a su padre terrenal con amor y alegría... feliz de ser un carpintero...