Una respuesta generosa.

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y en voz alta dijo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Del interior del que cree en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la Escritura". – Jn 7, 37-38

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos pu¬bli¬canos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?” Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Mateo 9, 9-13

Hoy celebramos la fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista. Antes de conocer a Jesús, Mateo era un recaudador de impuestos. Los recaudadores de impuestos eran conocidos por ser individuos deshonestos y codiciosos, vistos como trabajadores de los opresores romanos. Los recaudadores de impuestos a menudo explotaban a los contribuyentes exigiendo más de lo requerido por el Estado y embolsándose la diferencia para ellos mismos. Así que su reputación era muy negativa, por no decir otra cosa. Y sin embargo, es tal el hombre que Jesús llama para ser uno de sus discípulos. Jesús puede redimir a cualquiera. Pero Mateo tuvo que dar su respuesta al llamado de Jesús. Cuando Jesús vio a Mateo por primera vez y le dijo "Sígueme", la respuesta de Mateo fue una de obediencia inmediata y entusiasmo. Abandonó directamente su trabajo y se convirtió en uno de los apóstoles de Jesús.  

La escultura que estamos viendo hoy está en San Juan de Letrán en Roma y es magnífica en su alto estilo barroco. La colosal escultura de San Mateo lo muestra sosteniendo su Evangelio, mientras está parado en un saco de monedas, refiriéndose a su vida anterior. La expresión de San Mateo es de concentración y enfoque único en el libro que sostiene. 

En la fiesta de hoy de San Mateo y en nuestra lectura del Evangelio, sabemos que Jesús puede llamar a cualquiera a hacer cualquier cosa: llamó a un recaudador de impuestos para que lo siguiera y escribiera uno de los Evangelios. Mateo al escuchar el llamado, se levantó y siguió a Cristo... una respuesta generosa... una sin demora ni vacilación...

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC