“ Quiero misericordia y no sacrificio ”

Jesús es el Señor de nuestra vida:

 

El debate sobre el sábado, que aparece con cierta frecuencia en los enfrentamientos de los fariseos con Jesús, a los cristianos del siglo XXI nos queda un poco lejos. Vitalmente no entendemos todas esas prohibiciones decretadas en el sábado y su importancia. Pero situándonos en aquel tiempo, hay que recordar que la Ley con sus 613 preceptos era tenida como venida de Dios. Atentar contra lo mandado por la Ley, incluido lo relativo al sábado, era atentar contra Dios.

Jesús, en este pasaje y en otros paralelos, deshace ese argumento. En esta ocasión, Jesús es tajante: “El Hijo del Hombre es señor del sábado”, esta es la clara respuesta de Jesús ante las acusaciones de los fariseos de ir en contra de lo prescrito en sábado. Si Jesús es señor del sábado, sus discípulos pueden arrancar espigas y comérselas si Él se lo permite.

Está también claro que la ley suprema para Jesús es el bien del hombre. Está permitido, también en sábado,  hacer todo lo que haga bien al hombre y está prohibido todo lo que haga daño al hombre. Toda ley debe de estar al servicio del hombre y no al revés.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)