Ahí está tu madre

El Señor ha dicho: Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes. – Is 55, 8-9

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. 

Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Juan 19, 25-27

Junto a Jan Van Eyck, Rogier Van der Weyden dominó la pintura flamenca durante la primera mitad del siglo XV. Vemos una Jerusalén idealizada representada en el fondo. Cristo acaba de decirle a Juan: "Ahí está tu madre" y vemos a Juan atendiendo tiernamente a María que abraza la cruz de su Hijo. Las dos personas de la derecha son los donantes que encargaron la pintura. La grieta en el suelo los separa de la escena principal de la crucifixión. Están representados en una profunda oración. No comparten las fuertes emociones visibles en María, Juan, los ángeles y Cristo. 

María está abrazando la cruz. Ella, como Madre de la Iglesia, es el vínculo directo entre el crucifijo que sostiene y Juan que viene a ayudar. Por lo tanto, la figura de San Juan apoyando a la Virgen es también significativa en el sentido de que nos entrega el mensaje a nosotros como espectadores, de que es nuestra tarea apoyar y amar a la Iglesia. Podemos llegar a Cristo sólo a través del apoyo y el amor de la Iglesia.  

La lectura del Evangelio de hoy es hermosa, ya que se enfoca enteramente en el regalo que Jesús dio desde la Cruz: Le dio su madre a Juan y le dio a Juan a su madre. Incluso en su hora de muerte e inmenso sufrimiento, Jesús miró a María y a Juan y vio su sufrimiento. Incluso en ese momento, el corazón de Jesús estaba abierto a los que sufren... y se los dio el uno al otro...

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC