¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado?
¿A quién se le revelará el poder del Señor?
Creció en su presencia como planta débil,
como una raíz en el desierto.
No tenía gracia ni belleza.
No vimos en él ningún aspecto atrayente;
despreciado y rechazado por los hombres,
varón de dolores, habituado al sufrimiento;
como uno del cual se aparta la mirada,
despreciado y desestimado.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
Porque por tu santa cruz has redimido al mundo.
Bajamos del Gólgota, subimos la colina. Estoy siendo testigo de cómo las personas que más te querían, tus familiares y amigos más cercanos y afectuosos, quieren sepultar tu cadáver con amoroso cuidado. Su llanto es tan lleno de gracia. Están cerca de la tumba, justo saliendo a la vista a la izquierda. Pronto descansarás.
Me maravillo ante la brillante y colorida escena. Me asombra, pues contiene todo lo que contemplo y atesoro en ti, Jesús mío: tu muerte, tu inminente resurrección, la esperanza que despliega la miríada de colores, la tristeza, la alegría, la anticipación, la fuerza… El dolor que dejo entrar al ver tu crucifixión de cerca, ahora ha dejado espacio para la esperanza.
Mi mente y mi corazón habían quedado sepultados por el dolor que presencié de cerca. Ahora vivo con esperanza, ya que creo que pronto resucitarás de entre los muertos... ¡y estoy listo para cantar tus alabanzas eternas!
Padre nuestro que estás en los cielos…
Ave María llena eres de gracia…
Gloria al Padre y al Hijo…
Lectura normal del Evangelio del día: Juan 18: 1 - 19: 42: La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo
ORACIÓN: