Soy todo tuyo, Señor

Paz y Bien.

Señor, te pertenezco, pues me adquiriste a un alto precio, a un precio de sangre, tu sangre, así que te rindo mi vida, mis deseos, mis emociones, sentimientos, pensamientos, mi cuerpo, en fin todo mi ser; gobierna tú y dirige mi vida hacia ti, Dios mío. Que te pueda reflejar al mundo y esperar tu gloriosa manifestación.

Lucas 19, 41-44

En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:

"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba".

Reflexión

La única cosa que no puede ser perdonada, dirá Jesús en otro lugar, es el pecado contra el Espíritu Santo, que no es otra cosa que la resistencia a la conversión.

Al ir terminando el año litúrgico, la Iglesia nos invita a revisar nuestro estado de conversión. Ha pasado ya casi un año desde el pasado Adviento, inicio del año litúrgico. ¿Podríamos decir que hemos aprovechado las oportunidades de crecer espiritualmente que Dios nos ha dado durante este año?

Oportunidades realizadas, en esa visita silenciosa que nos ha hecho semana tras semana en la Eucaristía, en su Palabra, en la presencia de los amigos, de los pobres. Jesús lloró por la incapacidad de conversión de Jerusalén. Tomemos unos minutos para evaluar nuestra respuesta. ¡Aún hay tiempo!

Actio

Hoy meditaré en las cosas que me atan y que no he podido erradicar de mi vida. Y diré: "Soy todo tuyo, Señor".

Oración Final

Dios mío voy a hacer todas mis acciones por vuestro santo y divino amor. En el Nombre del Padre, y Del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

UEMBB
REFLEXIÓN DEL DÍA UEMBB.

ORACIÓN:

¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón.
y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Nosotros 

somos.