A mayor gloria de Dios.

Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará la dicha?» ¡Señor, míranos con buenos ojos! Salmos 4:6

En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: “¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?” Y se negaban a creer en él. Entonces, Jesús les dijo: “Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa”. Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos. Mt 13, 54-58

Jesús se dirige a predicar la Buena Noticia en su pueblo de Nazareth, se encuentra allí con la incomprensión y el rechazo, lo que había expuesto en las parábolas se cumplen en sus paisanos "miran y no ven, escuchan y no oyen ni entienden". Su imagen de profeta no es compatible con la condición humilde de su familia ni su condición de artesano. Sin embargo, esta es la novedad más sorprendente del reinado de Dios,que los pobres nos evangelizan, ellos pueden convertirse en nosotros en sacramento de conversión y de encuentro con el Dios de Jesús. ¡Buenos días en el Señor!

Hoy es la fiesta de San Ignacio de Loyola. En su texto de los Ejercicios Espirituales, popularizó el examen (o examen de conciencia), una oración para ayudar a ver dónde actuaba Dios en su día, normalmente se hace durante 15 o 20 minutos al final del día. ¿Pero cómo hacer una obra de arte sobre el examen? Nuestra escultura es un intento bastante bueno. Hecha por dos artistas de Nueva York para la Universidad de Fairfield, representa dos figuras idénticas de San Ignacio. Ambas figuras están hechas del mismo molde. Mirándose la una a la otra, su mirada es intensa, mirándose la una a la otra... al mismo "yo". Los pies son inusualmente grandes, significando el viaje del santo y cómo él preparó el camino para nuestro propio crecimiento espiritual. Una escultura es blanca, la otra oscura; en el examen miramos lo positivo y lo negativo del día. Me gusta la pose de bailarín que sugiere cómo durante el auto-examen bailamos alrededor de ciertos temas, eventos, defectos... El examen debería ser una práctica alegre. Los rostros de cada una de las esculturas fueron creados con un molde de la máscara mortuoria de San Ignacio, a la que los escultores tuvieron acceso en el Museo de la Iglesia del Gesù en Roma.

San Ignacio nos dio estos cinco pasos para que rezáramos el examen todos los días, a fin de notar más fácilmente la presencia de Dios:

  1. Presencia: Recordar que estamos en la presencia de Dios
  2. Gratitud: Recordando las cosas que pasaron durante el día por las que estamos especialmente agradecidos.
  3. Repaso: Repasando nuestro día de principio a fin, notando dónde experimentamos la presencia de Dios.
  4. Pena: Reflexionamos sobre las cosas que lamentamos haber hecho y pedimos perdón.
  5. Gracia: al final de nuestra oración pedimos la gracia de Dios para el día siguiente

San Ignacio de Loyola, reza por nosotros.

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC