Yo, el Señor, lo afirmo: En aquel tiempo yo responderé al cielo, y el cielo responderá a la tierra; la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. Plantaré a mi pueblo en la tierra exclusivamente para mí; tendré compasión de Lo-ruhama, y a Lo-amí le diré: “Tú eres mi ueblo”, y él me dirá: “¡Tú eres mi Dios!”» Oseas 2, 21–23
Dios nuestro Señor,
enciende luz verdadera en nuestro corazón y mente,
para poder reconocer lo que somos y
poder ser libres de todo lo falso y deshonesto.
Que esta luz de rectitud y juicio,
se extienda por todas las naciones hasta que
nadie use palabras vacías cuando habla de ‘misericordia’ y ‘verdad’.
Haz que tu misericordia y tu verdad encuentren buen suelo y den fruto.
Y permite que encontremos el suelo preparado por ti, porque tú nos juzgas
y corriges lo que es malo en nuestra vida terrenal.
Gracias porque aun siendo dolorosas muchas de nuestras experiencias,
todavía podemos decir: "Sobre cuánta necesidad no ha extendido sus alas
para protegernos nuestro Dios misericordioso".*
Amén.
*Basado en un himno alemán conocido.
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